Si me quedo, incluso podría ser acusada de matar a Lucía en algún giro retorcido de los acontecimientos. No puedo quedarme aquí esperando a que eso suceda, nunca más en mi vida volveré a encontrarme en esa sala de interrogatorios.
—Después de lo que pasó entre nosotros esta noche...
—No volverá a ocurrir —susurré, liberando mi mano de su agarre cada vez más fuerte—. Decidí que no me negaré nada de lo que quiero, Tristán. Es cierto que te deseaba... pero también es cierto que si seguimos juntos en una relación tan complicada... tu familia saldrá lastimada. No puedes estar conmigo, soy la hermana de la chica que mató a tu hermano, ¿recuerdas?
—No me importa eso, Gracia. Me importa una mierda la sangre que corre por tus venas, solo me importas tú. Y puedo manejar a mi familia, puedo hacer cualquier cosa para asegurarme de que nosotros...
Mi mano acarició su mejilla y él se detuvo. Un momento pasó entre nosotros, donde nuestras miradas entrelazadas y nuestras respiraciones se mezclaron.
—N