Sentí como si él me estuviera dejando evitarlo, pero al mismo tiempo, me daba cuenta de que aún me recordaba en cada momento del día y no sabía...
No sabía qué pensar de eso.
—Gracia. —Susurró Esteban después de una larga pausa cargada de silencio.
Se me encogió el corazón. Durante la mitad de mi vida, amé a ese hombre, y él me había dejado incapaz de encontrar la felicidad en esta vida.
A veces me preguntaba cómo habrían sido las cosas si hubiera conocido a Tristán antes de ser la esposa de Esteban.
Me estremecí ante ese pensamiento y lo aparté. —Esteban, deja ya este tema inútil. Desde el principio quisiste el divorcio, así que mantengámoslo de esa forma. Firma los papeles y entrégamelos. Entonces, tú podrás seguir tu camino y yo el mío. No compliques más las cosas.
Había estado repitiendo tanto las mismas palabras que ya me sentía tonta. ¡¿Por qué no entendía?!
—¿Lo amas? —Su voz profunda, llena de ira y agonía, resonó a través del altavoz.
Me quedé helada en mi lugar, con la respir