Gracia
Pensé en contarle a Tristán, pero no pude reunir el valor para acercarme a él.
En silencio, me escabullí de su mansión y me senté dentro del auto que me esperaba. Se sentía extraño.
Mientras fingíamos ser una pareja felizmente casada, Esteban nunca se molestó en llevarme a esos eventos. Solía pedírmelo por formalidad y yo siempre me negaba porque no me sentía cómoda.
Eso era todo, nunca insistió ni me preguntó por qué no me sentía cómoda asistiendo a esos eventos. Nunca le importó saber que la gente de la alta sociedad me llamaba puta, intrigante o la hermana sinvergüenza.
A pesar de todo lo que hice para salvar la reputación de mi familia y el día especial de Esteban, me convertí en la villana ante los ojos de todos. "¿Qué hermana le quita el novio a su hermana?" Solía preguntarme la gente. Y yo no tenía respuesta para eso.
Suspirando, bajé del auto frente al edificio donde estaba la boutique de un diseñador famoso. En las siguientes horas, me obligaron a ponerme un vestido pla