Estefanía salió de su habitación mientras Johannes desayunaba. Llevaba un traje de dos piezas enorme, como los que usaba cuando llegó a trabajar a la empresa, pero que había reemplazado por unos más cercanos a su talla real en su ausencia. Fue como si el tiempo hubiera retrocedido.
—No necesitas ir a trabajar hoy, tómate unos días. Descansa —le sugirió él.
—¿Por qué? No estoy enferma. Estoy igual que siempre, solo que expuesta, abierta como uno de esos pavos que rellenan para Navidad. ¿Le gusta comer pavo?
—Necesitas descansar —insistió él, y quiso acariciarle la mejilla, pero ella retrocedió.
—Necesito seguir con mi rutina y volver a enterrar todo lo que se salió de su sitio. Nos vemos en la oficina.
Ella se fue, tras coger su bolso y el cactus, mientras Johannes permanecía pensativo, buscando la forma de que todo retomara el curso que tenía antes de que el secreto de Estefanía viera la luz.
〜✿〜
Luego de quince minutos sentada tras su escritorio, un ejecutivo de recepción lleg