Capitulo 42. Frentes de Batalla
La respuesta de Luciano llegó menos de una hora después del grito de ayuda digital de Isabela. Fue un susurro en la oscuridad, una ráfaga de datos que apareció en la vieja terminal de mantenimiento, un fantasma en la máquina. No había saludos ni palabras de consuelo. Solo eficiencia. Solo resultados.
Mientras los equipos de miles de millones de dólares de Alessandro analizaban metadatos, transacciones financieras y movimientos de satélites, Luciano, el lobo solitario, le envió inteligencia de la calle. Era cruda, era rápida, era tangible.
La primera pieza era una captura de pantalla de una cámara de tráfico de baja resolución, con fecha y hora que coincidían con el ataque. Mostraba una furgoneta de reparto sin distintivos, con un golpe distintivo en el parachoques trasero, estacionada cerca del Restaurante donde trabaja Abril. La segunda pieza era un nombre: "Silas 'El Fantasma' Petrescu". Un matón a sueldo conocido en el submundo, especializado en "mensajes" que no dejaban rastro. Su