Capitulo 4. La Infiltración En La Gala
El vestido negro se deslizó sobre mi piel como una segunda piel de serpiente, una caricia helada que me erizó los vellos de los brazos. Elegante. Impecable. Demasiado caro para la "Ana Stevens" de mi cubículo. Cada pliegue, cada costura, cada fibra del satén oscuro, silbaba con poder, dinero, estatus. Todo lo que se suponía que yo no era, todo lo que me habían arrancado. Era mi uniforme de batalla.Me miré en el espejo agrietado. Mi reflejo, distorsionado, parecía el de una fantasma. Pero bajo el disfraz, sentía el pulso de la rabia. Estaba lista para cruzar la línea.Abril me observaba desde el sofá, la boca ligeramente entreabierta. Sus ojos castaños, normalmente llenos de chispas, ahora estaban turbios por una preocupación palpable.—Joder, Ana… Pareces sacada de una portada de revista. —Su voz, apenas un susurro, se quebró—. ¿Estás segura de esto? Esa gente… son buitres.Ajusté la pulsera plateada en mi muñeca, su metal frío contra mi piel. No cubría el temblor de mis dedos; lo an
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