Mundo ficciónIniciar sesiónEl silencio en la cabaña de Escocia era tan denso, tan pesado, que parecía tener peso físico presionando contra mi pecho. Podía sentir el latido de mi corazón retumbando en mis oídos, cada pulsación marcando los segundos que pasaban mientras esperábamos que Adrian pronunciara el nombre que cambiaría todo.
Sus labios se curvaron en una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, una expresión que había aprendido a reconocer en los meses que había pasado en su mansión. Era la sonrisa de un hombre que sabía que tenía el poder absoluto en ese momento, la última carta que jugar en un juego que había perdido en todos los demás aspectos.
—Tu padre, Sophia







