Mundo ficciónIniciar sesiónEl metal del cuchillo estaba frío contra la piel de mi garganta, y esa sensación era lo único real en un mundo que se había convertido en una pesadilla de la que no podía despertar. Podía sentir el filo presionando apenas lo suficiente para hacer que mi pulso latiera contra la hoja, cada latido de mi corazón un recordatorio de la vida que no debería tener.
Soy producto de una violación infantil.
Las palabras resonaban en mi mente una y otra vez, como una campana que no dejaba de sonar. Edward tenía catorce años. Mi madre tenía veinticinco. Y yo, yo era el resultado de un crimen tan horrible que no tenía nombre en ningún idioma que conociera.







