El regreso al pueblo desde París había sido tranquilo y lleno de satisfacción. Bianca estaba encantada con el éxito de su exposición, los niños reían felices por estar de vuelta en casa, y Luca había vuelto a su rutina en el taller. Todo parecía estar en equilibrio. Sin embargo, la calma pronto se vio interrumpida.
Una tarde, mientras Luca revisaba los inventarios del taller, encontró un sobre sin remitente en su escritorio. Al abrirlo, su corazón se detuvo por un instante. Dentro había una nota mecanografiada:
"Tu historia aún no ha terminado, y el mundo merece conocerla."
El mensaje no iba firmado, pero el tono era claro: alguien estaba escarbando en su pasado. Luca sint