13. Soy un cobarde
13. Soy un cobarde
Knox no tenía nada que hacer allí, lo sabía. No debía buscar ni molestar a Nova, aunque, ella haya puesto a toda su familia en su contra. Lo mejor era poner el motor en marcha y volverse por donde llegó, pero no podía hacerlo. No podía apartar la mirada de ella.
Su barriga hinchada, la manera en la que colocaba su mano para acariciar su vientre. Todo dolía, ¿ese bebé era suyo? Si lo era, había cometido un terrible error, pero ¿cómo podía olvidarse de Garrett? Ese maldito hombre que solo existía en fotos, porque no había rastro de él por ninguna parte en San Antonio.
En su necesidad de saber la verdad, trató de buscarlo por su cuenta. Volvió a aquel edificio mohoso y se encontró al mismo tipo que le abrió la puerta cuando llegó con Nova buscando al infeliz.
Garrett había desaparecido como si la tierra se lo hubiera tragado. ¡Como si no existiera!
Con rabia golpeó el volante con sus puños, apretó sus manos hasta que sus nudillos perdieron todo el color. Estaba furioso