12. El reemplazo
12. El reemplazo
Knox miró a Axel como si le hubieran salido dos cabezas. Abrió y cerró la boca sin pronunciar palabra. ¿De qué diablos estaba hablando? Él sabía lo que había hecho, entonces, ¿por qué le salía con esto? Con frustración, se alborotó los cabellos mientras negaba.
—No, eso no es verdad —dijo.
—¿Te suena el nombre de Nova Lexington?
El color huyó del rostro de Knox. Los latidos de su corazón se aceleraron, como si una banda de caballos salvajes corriera dentro de su pecho.
—No sé quién te haya hablado de ella, pero quien lo hizo te mintió. Nova no está embarazada —aseguró, convencido de que la muchacha había interrumpido el embarazo desde hace meses.
¡No estaba embarazada cuando se la encontró en Houston! ¿O sí? La sorpresa y el enojo de encontrarse con ella tal vez y solo tal vez hizo que no se fijara en nada más que no fuera su cara.
—¿Por qué la llevaste a interrumpir el embarazo? —preguntó Axel, cortando el hilo de sus pensamientos. Se acercó a Knox, haciendo que por