71. Ave de paso
El semblante de Isla, definitivamente, no era el mismo cuando volvió a la sala. Las fotos sobre la cama habían desaparecido y ya no importaba. Ella los había visto y, si las escondieron, era porque necesitaban hacerlo.
—¿Estás bien? —preguntó Zaria al verla llegar.
La mujer se sentía terriblemente mal por su descuido. Rogaba interiormente para que Isla no les hubiese prestado atención a las fotos, pero, ¿a quién quería engañar? Era imposible que ella no se diera cuenta de lo que se trataba.
—Isla…
—Estoy bien, no tienes que preocuparte, Zaria —respondió, tratando de que su voz sonara firme, aunque por dentro se estaba ahogando de dolor y de desilusión.
Tal vez alguien como ella no merecía ser feliz. Quizá su destino era estar sola por el resto de su vida. Ni Knox, ni Garrett y mucho menos Anthony formarían parte de su vida y de su historia.
Ella sería para ellos solo un ave de paso.
—Será mejor que me vaya —dijo, caminando hacia la puerta. No recordaba si traía bolso