Cap. 86. ¿Cómo llegamos a esto?
Cuando Caroline llegó de vuelta, no fue de inmediato a la mansión que alguna vez fue su cárcel, sino hizo una visita rápida, Mariano no entendió la razón, ni por qué quiso hablar con su madre a solas, pero le dió la libertad de hacerlo, dada la determinación de su esposa.
*** Horas antes ****
Caroline estaba sentada en el elegante sillón de la familia Russo, tenía las manos entrelazadas y la espalda rígida. Frente a ella, la madre de Leonardo y Mariano mantenía una compostura impecable, pero sus ojos delataban que había más preguntas que respuestas.
- “No sé si deba escuchar esto, Caroline”, empezó la señora, con voz pausada, casi maternal. “Has dicho cosas duras de Leonardo antes, pero yo lo conozco, puede ser obstinado, pero no es ese monstruo que pintas”.
Caroline apretó los labios. Había esperado esa reacción. Nadie puede creer fácilmente que su propio hijo sea un verdugo.
- “Lo entiendo”, respondió Caroline con un hilo de voz. “Yo tampoco lo creí, no al principio, las p