Mundo ficciónIniciar sesiónEl placer que sintieron que algo soberbio, como si todo lo que habían contenido desde que se conocieron había estado aguardado el momento de desbordarse en caricias ansiosas y besos frenéticos.
Francesco acarició su rostro, con una ternura inesperada después de tanta furia. - “Ya no hay marcha atrás”, susurró con los labios aún sobre su piel. Marisol sonrió satisfecha, rozando su boca contra la de él. - “Nunca quise retroceder”, dijo Marisol. Y volvieron a buscarse, sin descanso, con besos húmedos y caricias lentas que los arrastraron a otra ronda de placer. El cuerpo de Marisol todavía temblaba, húmedo, abierto, con el eco del orgasmo vibrando en cada fibra. Francesco permanecía dentro de ella, aún duro, sus labios pegados a su cuello, respirando como si hubiera corrido una batalla. Ella deslizó las manos por su espalda sud






