Mundo ficciónIniciar sesiónLa puerta del despacho se entreabrió con un chirrido apenas perceptible. Entró César Mendoza, el hombre de confianza de Leonardo, aquel que localizó a Caroline y la trajo de vuelta, y también el único de sus hombres al que Leonardo le permitía interrumpirlo sin aviso.
Leonardo estaba recostado en el sillón de cuero, con un vaso de whisky en la mano y fumando un cigarrillo, con la mirada perdida, sabía perfectamente lo que había pedido y la presencia de su hombre de confianza, solo podría significar que todo salió según lo planificado. - "Todo está hecho”, dijo César con calma y absoluta certeza. Leonardo arqueó una ceja, interesado. - "¿Detalles?”, preguntó Leonardo, girando el vaso entre los dedos. César avanzó hasta el centro de la habitación, su voz firme, sin un temblor. - "La encontramos en el departamento que alquilaba en e






