—¿Estás saliendo con Shannon?
La pregunta me golpea...
La pregunta me golpea como si fuera un guante boxeo, me remuevo algo incómodo. Esto puedo interpretarlo de dos formas y una no me gusta para nada.
En cambio, la primera me abre un abanico de posibilidades para disfrutar en esta noche.
Tomo de mi copa de vino intentando estar lo más normal posible y me dispongo a hablar.
—¿Y a qué se debe la pregunta?
—La verdad o una mentirilla piadosa—me responde como si fuera una pequeña bromita.
—Obviamente la verdad, Serena—coloco mi cara seductora y mi sonrisa moja bragas y vuelvo a beber otro sorbo—. Exquisito el Chardonnay que elegí.
—Responde mi pregunta y luego responderé la tuya.
—No nos veamos la suerte entre gitanos, Serena. Algo quieres de mí y podemos aprovechar el momento y el lugar en vez de pensar en Shannon ¿No lo crees?
Me levanto del sillón y me acerco hasta ella, apoyo mis brazos a ambos lados de su sofá y acerco mi cara a la suya, la veo tensarse y una sensación de deja vú vi