A veces las cosas no pasaban como uno quería y de eso a mí me pasa demasiado seguido, es que por más que intente hacer algo bien las cago y literalmente se me da vuelta la tortilla.
Después del incidente o más bien de ese día de mierda en que dije e hice cosas que no debí hacer, las cosas no han ido mejor en mi turbulenta vida.
Salvo por el regalo que le hice a Louise y el nacimiento de mi sobrinita los días se hicieron un tanto tediosos y ya con el proyecto Letterman terminado me estaba abocando al nuevo proyecto.
Mientras estamos en una reunión de equipo recibo una llamada inesperada y como al que felicitan es a Chris me decido por salir a contestar.
—Señorita Willis, creo que les avisamos que estamos trabajando ya en los planos.
—Señor Connelly, no es precisamente para eso que le llamo.
—¿A no? ¿y para qué sería?
—Pues me gustaría discutir con usted algo, fuera de horas de trabajo con un buen vino.
—Qué directa, señorita Willis.
—Para nada, solo que cuando me interesa algo me gusta