28. ¿Tú… me crees?
— ¿Conoces a ese hombre? — comenzó por preguntar. Ana Paula asintió con seguridad.
Él entornó los ojos.
— Pero… no es lo que piensas.
— De acuerdo, entonces explícame.
Ella suspiró y bajó la mirada.
— Estaba terminando mi tercer semestre en la universidad cuando…
— Espera, ¿estabas estudiando una carrera? — quiso saber, asombrado.
— Sí, pero no pude seguir pagándola, es una larga historia — admitió con nostalgia.
Él asintió.
— Continúa.
— Bueno, yo terminaba mi tercer semestre cuando perdí mi antiguo trabajo por reducción de personal, así que este hombre... Lorenzo — así se llamaba — me ofreció trabajo, no era mucha la paga, pero cualquier cosa era mejor que nada, hasta qué…
— ¿Hasta que, qué? — la instó a seguir.
— Él comenzó a tener acercamientos que me incomodaban, se lo dije, pero no hizo caso y continuó — recordó con asco y rabia —. Yo trataba de evitarlo todo el tiempo y seguir con mi trabajo, pero, un día, él…
— ¿Te tocó? — la interrumpió con una preocupación que de