CAPITULO 10 Estaba decidida. Lo estaba.
Regina supo que Sharon tenía razón.
—Amiga, no sé qué haría sin ti. Tenía miedo de que me juzgaras. Yo misma no he dejado de hacerlo.
—Nunca haría eso. De la misma forma que sé que tú no lo harías conmigo. Quiero que seas feliz. Que disfrutes. Y este es un primer paso, uno que reafirme tu confianza y te haga ver lo hermosa y bravía que eres, para que en un tiempo te sientas confiada y decidas que mereces más de lo que tienes y ese… Ese será el momento en que te comerás el mundo y dejarás atrás a todos los que te hicieron pelota. ¡Por las mujeres anchas y buenotas, amiga! ¡Para que haya más millonarios sabrosos para ellas!
Regina rio y levantó su copa. Estaba decidida. Lo estaba.
MILO
Avanzó los últimos metros por el camino arbolado que conducía a la lujosa mansión familiar en pleno corazón de Beverly Hills. La casa refulgía como una joya en su blanca elegancia, orlada por la miríada de bajorrelieves austeros que le daban carácter y prestancia. Cómo era habitual cada domingo, la famili