Javier empezó a hablar, pero se detuvo y sonrió, antes de seguir con un tono amargo:
—Mateo es un tipo extraño, siempre se guarda todo. Cuando éramos niños, se notaba en su mirada que le gustabas. Pero frente a ti, siempre mantenía una expresión indiferente, a veces hasta parecía que te odiaba. ¿No es irónico?
Respiré hondo y, en voz baja, dije:
—¿De qué sirve hablar de eso ahora?
Con tristeza, Javier bajó la mirada, se rio un poco y dijo:
—Tienes razón. Solo que ahora entendí que, en lo que siento por ti, de verdad no soy como Mateo.
Valerie, incapaz de callarse, dijo:
—Claro, al menos él no es como otros, que sabiendo que Aurorita es inocente, igual la hacen cargar con la culpa.
Javier, entre risas, le respondió:
—Sí, si Mateo supiera que Aurora es inocente, sin duda no dejaría que pasara por tanto. Por eso digo que no soy como él. Incluso con lo de Waylon, si fuera yo, quizá no habría buscado revancha. Waylon es un gran socio, y pelear contra él y todo su poder sería un error demas