—Te equivocas. No tengo nada en contra de ella, solo quiero saber qué te gusta de tu novia.
—¿Y para qué? Que te importa.
Mi hermano me miró fijo, con una mezcla de enojo y fastidio.
Aparté la mirada y respondí, seria:
—Para nada. Solo quiero que me digas si la mujer de esta foto es tu novia.
—…Sí. Es mi novia. Mira, tal vez a ti no te parezca bonita, pero yo la amo. Para mí es la mejor mujer del mundo.
Bajé la mirada al teléfono y le dije:
—Vuelve a mirarla bien. ¿de verdad es…?
—¡Ya basta, Aurora! —me cortó.
Se levantó de golpe.
—¡Si ella es mi novia! ¿Ya estás feliz?
Dicho eso, se fue hacia su cuarto.
Le dije antes de que cerrara la puerta:
—Admito que antes dudaba mucho de ella. Pero ahora que sé que solo canceló porque estaba ocupada, voy a ir a disculparme en persona. No te preocupes, por más caprichosa que sea, no voy a tratar mal a tu novia.
Mi hermano se detuvo un segundo y luego me miró.
—Aurorita, no quería enojarme contigo, pero me duele que dudes tanto de ella. Si yo vivie