Mi mamá me sonrió y me acarició el cabello:
—Sí, vamos a tener una Navidad bonita, todos juntos. Para entonces, mi yerno Mateo y mi nuera Mayi también estarán aquí. Hace mucho que la familia Cardot no se reúne. Este Año Nuevo la vamos a pasar muy bien.
Al poco rato, la enfermera vino para llevarse a mamá a cambiarle la ropa, hacerle un chequeo completo y prepararla para entrar al quirófano.
Antes de irse, nos agarró las manos a Carlos y a mí y nos dijo con seriedad:
—Lo que más me preocupa son ustedes dos. Pase lo que pase, siempre tienen que amarse y apoyarse, ¿me entendieron?
—Lo sé —dijo Carlos, abrazándome —Pase lo que pase, siempre voy a cuidar de mi hermana.
—Aunque no me cuides, no me da miedo, porque mamá siempre estará aquí. Y si algún día te pones de parte de tu esposa para regañarme, voy a hacer que mamá te dé un puño.
Mamá se río, nos dio unas palmadas en las manos y la enfermera se la llevo.
Carlos y yo nos miramos.
—No tengas miedo —me dijo —Aunque es una cirugía complica