Yestin siente la mirada de todos sobre ella. Duda un momento si seguirle la corriente a Castiel, pero si dice que no, ¿quién le asegura que este hombre que acaba de matar a todos esos hombres él solo no vaya a quererle hacer lo mismo a ella? Siendo así Castiel su única salida más segura.
—Sí, Castiel es mi novio —confirmo Yes con una sonrisa.
Donatello duda por un momento, pero no tiene pruebas de que eso sea falso. Lo que le resulta dudoso es por qué ella estaría aquí; piensa en todos los escenarios posibles. Siendo el más probable que quizá pelearais y ella salió corriendo. Pero ¿por qué la joven llevaría ropa tan desgastada si el señor De la Rúa no es un hombre pobre como para fijarse en una mujer así? Y siendo hija de una prostituta.
Pero quién es él para juzgar sus gustos o sus razones si él mismo ha cometido bastantes errores.
—Ven, mi amor.
Castiel la llama. Yestin ahora no duda ni un segundo y comienza a caminar hacia él. Pasando de lado al señor Donatello, que no deja de