Capítulo 47 No quiere verme la cara.
Un mareo sacudió a Raina justo cuando Iván ya la había cubierto con su cuerpo. Con una mano se apoyaba en la cama y con la otra jalaba de la corbata, mientras sus ojos profundos, como los de un leopardo al acecho, se clavaban en ella.
En ese instante, ella entendió todo: no era un simple juego, él quería devorarla.
Aunque estaba mentalmente preparada, cuando llegó la hora de la verdad, desde lo más profundo de su ser surgió un rechazo instintivo, un miedo indescriptible.
Si hubiera sido un matrimonio normal, quizá se habría entregado. Después de todo, había olvidado su pasado y estaba lista para empezar de nuevo. Pero Iván no era un hombre cualquiera. Se había casado con ella para vengarse.
Y lo peor era que esa venganza se basaba en un rencor que no tenía sentido.
—¿Ya lo pensaste bien? ¿No te preocupa que esto sea una traición a Celia? —dijo Raina, y eso hizo que una sonrisa malvada apareciera en sus labios.
Él alzó la mano y tiró la corbata a un rincón de la cama. Luego, jaló de su