Dominic, un alfa prestigioso que compra una empresa en declive, nunca se imaginó que uno de los jefes de área seria su pareja destinada, un joven llamando Aidan Aunque hay dos problemas. Ambos están comprometidos. Pero lo peor, es que Aidan dice ser beta y no tiene ningún interés en formar un lazo con él. Solo que Dominic no es tan fácil de evadir cuando encuentra lo suyo y descubrirá que está mal en esta historia. Avisa: Esta obra es una Adaptación BxB de Yomega.
Leer másEn un mundo dividido por castas donde los alfas mandan, los betas trabajan y los omegas obedecen. Dominic se encontraba en la cima y en el mejor momento de su vida. Proveniente de una familia multimillonaria con un legado de alfas poderosos, dominantes y con poder se podía dar el lujo de hacer lo que les viniera en gana y mucho más. ¿Quién se les opondría? Nadie. Pocos podían enfrentarse a quienes tuvieran su nombre.
Además, con una apariencia digna de su estatus y la fortaleza digna de un alfa hecho y derecho para imponerse sobre muchos, no tenía razones para quejarse a sus 32 años.
Aunque
A diferencia de todos los de su alta casta, Dominic no buscaba su pareja destinada, no quería nadie que le hiciera perder su cabeza al punto de querer abandonarlo todo. Le gustaba tener el control. Su vida, ahora mismo era, simplemente, perfecta.
Eso no quitaba que fuera un hombre responsable en lo referente a los negocios. Había comprado hacía poco una nueva empresa, no tan grande ni prestigiosa, que se encontraba en declive mortal y que se enfocaba principalmente en el mundo del maquillaje ¿Y cuál había sido la principal condición por la que la escogió? Pues que solo trabajaran personas betas.
Eso significaba cero problemas y más productividad
Primera cosa a favor, no tendría que lidiar con las clásicas peleas entre rango alfa que solían ocurrir o la tensa atmósfera que siempre se creaba. Segundo, ningún o ninguna omega se le insinuaría utilizando su celo o feromonas de excusa para ir detrás de su dinero o su status.
Eso era algo que no se podía permitir. A su lado ya tenía a una omega, con el suficiente estatus y poder para poderse parar a su lado y que daría luz a sus cachorros fuertes y sanos. Aunque tenía que quitar el detalle de que aún no la había marcado. Eso sería después de la próxima boda. Antespodría ocasionar problemas.
Tampoco sería estúpido de rechazar a su pareja destinada si esta apareciera alguna vez en su vida, pero por el momento era mejor prevenir que lamentar. Si él no la buscaba, no tendría por qué aparecer.
El auto se detuvo delante del edificio que le hacía falta más de un retoque, algo que haría y lo pondría en lo más alto del mercado, así ya no tendría que escuchar que vivía del dinero de sus padres. En su mundo las apariencias, el nombre, el reconocimiento, y tus propios logros era lo primero. Ser alfa tampoco era tan fácil y aunque él ya generaba sus propios millones, los miles de millones de sus padres siempre estaban a la sombra.
-¿Ya me dejas sola?- la chica a su lado se restregó contra su brazo.
A pesar de estar en una relación de hacía dos años, Dominic la quería, pero no la amaba, sólo que ella era la indicada. Podía considerarse afortunado, ella era una belleza con enormes ojos azules y abundante cabellera oscura, aun así, había algo que faltaba.
-Volveré lo más temprano que pueda- le dio un beso rápido en los labios y salió. Si se quedaba mucho tiempo ella seguiría insistiendo y por experiencia sabía que ella terminaba siendo insoportable.
Uno de los empleados ya lo esperaba en la entrada para llevarlo a la sala de reuniones donde había convocado una en la mañana. Era rápido, no le gustaban los rodeos y necesitaba dejar los puntos bien claros. Él mandaba y se hacía lo que él decía.
Su secretario, un hombre beta dos años más joven y con más inteligencia que la que aparentaba, se sentó a su lado al entrar y acomodarse. Al menos 10 personas más lo esperaban, bastante tensos. Sergei se percató del asiento vacío tres plazas a su izquierda, antes de empezar.
-¿Quién es la persona que falta?- preguntó en su habitual tono serio. Intimidar a los betas y subordinados era lo primero que tenía en su agenda, no toleraría la falta de respeto a su persona solo por ser más joven que la mayoría de los presentes.
-Disculpe su tardanza. Es el jefe del departamento de Diseño. Está terminando de recopilar toda la información que el anterior director tenía sobre el proyecto y dijo que se demoraría solo unos minutos- le notificó uno de ellos
El alfa recargó el rostro en la mano que se apoyaba en la mesa con el codo. Vio al hombre tensarse, pero no replicó. La verdad había convocado la reunión solo hace una hora y era conocido el mal trabajo del antiguo director. No se molestó demasiado, tenía bastante tiempo todavía.
Habían pasado alrededor de diez minutos, cuando a atmósfera densa de la oficina fue interrumpido por el sonido de la puerta abierta y el de la voz de un...joven.
-Con permiso, disculpen la demora-
Dominic sintió la tierra bajo sus pies temblar y su mundo se vino debajo de pronto.
No...podía...ser.
Un olor suave pero delicioso que le hizo temblar desde la punta de su pie hasta la cabeza y que su espalda se comenzara a empapar de sudor llegó como un relámpago a su nariz y se mareó perdiendo por unos segundos a compostura.
A su lado, Leo, su secretario tocó su hombro y vio la expresión desorientada de su jefe. Frunció el ceño. Dominic nunca perdía la compostura así.
-¿Qué ocurre?- le preguntó con disimulo aprovechando que los presentes estaban atentos con la recién llegada.
-Leo, que demonios hace un omega en este empresa- le respondió con los dientes apretados y sintiendo su respiración agitarse. Sus colmillos amenazaban con perforar su labio inferior.
-No entiendo lo que dice, revisé los papeles del personal antes de llegar y no hay nada fuera de lo que usted pidió-
-¿Entonces que tengo antes de mí?- se fijó en el joven menudo, delgado con unos cristalinos ojos dorados y un rostro común enmarcado en un corto y brillante cabello oscuro, el cual parecía demasiado femenino para un chico.
Leo estudió al chico unos segundos y no encontró nada extraño. Lo reconoció recordado la imagen de su expediente. Aidan Miller, Director del Departamento de Diseño, 23 años, Beta. Por si acaso revisó su cuello y no encontró más que una delgada cadena dorada sin adorno. Ni siquiera el collar característico de protección de los omegas y menos el rastro de una supuesta marca.
Le dio la información en un susurro y su jefe aun no parecía comprender la situación. El alfa era inteligente así que no tenía idea de lo que estaba ocurriendo, ni del interés en aquel chico, acaso le había llamado la atención, no creía, Dominic, por lo que conocía, era bastante fiel y no se le conocía ningún escándalo.
-Leo, averigua todo sobre él- le susurró antes de recuperarse y poner otra vez su rostro serio- Creo que es... mi pareja destinada-
El beta puso una mueca que desfiguró su rostro y miró tanto al recién llegado como a su jefe. Ahora el alfa, si se había vuelto loco.
- Speicer, Spanky, agárrenlas- la voz alta de Madox resonó en todo el patio seguido por el ladrido de dos perros y el chillido de dos niñas.-En serio no sé cómo fue que le pusiste esos nombres a tus perros. Debería darte vergüenza gritarlo todo el tiempo- Dominic pasó por su lado llevando una bandeja a la mesa de picnic que estaban preparando en el chalet.-No quiero oír eso de ti que querías ponerles Baner y Flapi- se quejó Madox bajando los escalones y recibiendo lo que sus dos enormes y juguetones Golden Retriever traían consigo.Cada uno soltó el borde del vestido de las dos niñas de cuatro años y se sentaron al lado de ellas.-Lo único que sacaron de su madre fueron sus ojos. Son igualitas a ti- Dominic le pasó el brazo por encima del hombro- Hasta en el carácter. Mira esos pucheros- se rio.-Cállate y ay&ua
Aidan realmente temblaba ese día. Sus manos estaban tan frías que estaban tiesas. Porque el reflejo delante del espejo era algo realmente asombroso.Él con un traje blanco mientras terminaban de acomodar su cabello. Porque si, ese era el día de su boda. Y él aún no se lo podía creer.El sonido de la puerta la hizo reaccionar y mirar sobre el hombro. Un chico menudo, con una barriga de ya seis meses, enorme para su tamaño enfundada en un traje sencillo de pantalón y camisa amplia azul pastel de cuello alto, entró en la habitación.-Julian- le sonrió a su amigo con una enorme sonrisa.-Crees que me perdería la boda de mi mejor amigo- él se acercó y se detuvo a su lado- Soy tu padrino, claro que vendría. Aunque te confieso que estuve toda la semana convenciendo a Madox que de que dejara salir del hospital. Está más siquiátrico
Aidan tomó la mano que le ofrecía su alfa para bajarse del auto delante del restaurante más caro de toda la ciudad. Como cuando tu alfa te quiere demostrar que tiene dinero y mucho. No lo criticaría, era parte de su naturaleza dominante ser así y más cuando estaban cortejando.Porque si, Dominic lo estaba cortejando en serio, y además sabía las intenciones de por qué lo había llevado allí. Lo conocía bastante bien y no era precisamente un alfa disimulado, y mucho menos su amigo Madox que casi lo gritó para toda la casa antes de salir esa misma mañana. Pero él no iba a arruinar su sorpresa.Estaba de muy buen humor después de preguntarse cómo le había ido a Julian y esta le había comunicado diciendo que le había ido de maravilla en todo el trayecto. Madox resultó un enamorado empedernido después de todo y alguien que l
Madox le había dicho que la llevaría a unos lugares especiales, pero Julian no tenía la menor idea de a donde sería. Él no daba detalles aunque tenía una enorme sonrisa en su rostro. Tenía que reconocer que le gustaba que el alfa le prestara atención. Pero no como antes.Madox siempre era atento con sus parejas, no importaba si era una aventura de una noche o alguna cita que durara una semana. Seducía tanto con sus acciones como con sus palabras. En eso era eficiente. Por eso Julian nunca le había exigido más de su atención. Temía que si lo hacía el alfa lo dejaría de lado, como lo había hecho con algunas que si se había atrevido a pedir más de lo que él les daba y no habían terminado bien.Él era un alfa impredecible. Nunca se sabía cómo iba a actuar y eso era lo que le daba miedo. Además, que era impos
Aidan se levantó tras un leve sonido que veía de afuera de la habitación. Se sentó en la cama y se acomodó el cabello hacia atrás quitándolo del rostro. A su lado Julian dormía plácidamente. Al parecer sin preocupaciones, aunque Aidan se imaginaba que estaba cansado de los últimos acontecimientos. Después de todo, tratar con un alfa no era cosa de juego. Y menos uno como Madox.Con cuidado se levantó de la cama y pasó por el baño antes de salir. No fue sorpresa encontrar la espalda esta vez cubierta de su alfa dentro de la cocina. Él había sido considerado dado que tenían visitas y no era bien visto que un alfa se estuviera exponiendo teniendo una pareja. Y más uno como Aidan. Aunque extrañó el cuerpo casi desnudo de su pareja solo cubierto por un bóxer negro cocinando en las mañanas. Así cualquiera se despertaba de b
Aidan se removió en la cama ante el sonido taladrante a su lado. Gruñó con su garganta y se acurrucó más contra el pecho fuerte que estaba delante de él. Aun así el sonido no cesó.-Tranquilo- la mano de Dominic acarició su cabeza y al fin hubo silencio. Aidan volvió a dormirse aspirando las feromonas de su alfa.Dominic sonrió y encendió la pantalla. Quién demonios llamaba a esa hora de la mañana. Era el día libre de ambos y después de trabajar durante toda la semana simplemente habían querido dormir. Ni siquiera habían hecho el amor. Solo se habían bañado al volver a se habían acostado. Pero por supuesto siempre había alguien que perturbaba su tranquilidad.Pero al ver el nombre de Madox en la pantalla su molestia bajó un poco.-¿Oye, has visto lo hora que es?- dijo en voz baja acomodando
Último capítulo