Damián Webster.
Salí toda velocidad de la habitación, empecé a dar
gritos como loco desquiciado que junto a los de Ámbar diciéndome asesino, hijo de puta, y un sinfín de insultos más, eran bastantes alarmados. Logramos despertar a Carmen y nos encontramos con ella en el recibidor.
Le dije entre gritos desesperados que fuera en busca de Hansel y le dijera que me alcanzara en la clínica, ella sin rechistar obedeció. Subí en la parte trasera del auto y al no encontrarse Dan, Chris fué nuestro chófer.
Ella durante todo el camino no paró de quejarse, de decir que le dolía mucho. No paró de llorar y decirme cada dos minutos que sí nuestra hija moría sería únicamente por mi culpa.
¡Y joder, Tenía razón!
Aún le faltaba un mes para nacer, y yo sabía que una pelea con Ámbar la alteraría mucho. Tenía que haberme quedado callado, no debí caer en sus provocaciones.
¡Pero mierda! Cuando la maldita rubia estaba enojada lo único que salía de su boca era veneno e idioteces. Hacía que mi cabeza explota