Punto de Vista de Elena
Un silencio pesado se extendió entre nosotros mientras Héctor aceleraba, alejándose de los territorios de la manada. Me aferré al asiento de cuero ante su velocidad, pues necesitaba distancia antes de que yo pudiera arrepentirme.
Cerré los ojos, evitando ver el reflejo del rostro de Tomás en el espejo retrovisor después de lo que acababa de hacer, aunque sabía que regresaría. Al fin y al cabo, este lugar seguía siendo mi hogar.
El vínculo con la manada se iba debilitando mientras más nos alejábamos. Estaba a punto de pedirle que parara cuando Héctor, sintiendo mi inquietud, detuvo el carro en un mirador en la cima de la colina.
No quería alejarme tanto como para perder completamente la conexión con la manada. Sin la marca, era mi único lazo con Tomás... hasta que él decidiera marcarme y pudiera comunicarse conmigo sin importar la distancia.
La colina era famosa por alguna batalla antigua que la había convertido en atracción turística. Aparte de algunos carros re