Punto de Vista de Esteban
Podría maldecirme por haber agregado mi nombre al turno nocturno de vigilancia fronteriza, pues esta iba a ser una noche lenta y tediosa.
Las cosas habían estado mucho más tranquilas desde que los guerreros de la Manada del Desierto Ámbar desaparecieron milagrosamente, aunque juzgando por el conflicto que había causado entre el Alfa y Carla, ese había sido el plan del Alfa del Desierto Ámbar desde el principio: crear una cuña entre ellos para reclamarla enviándole esas cosas por correo. No se había marchado de improviso, sino que había tomado la decisión consciente de retirar a sus hombres y atacar nuestra manada de otra manera, llegando directo al corazón de nuestro alfa.
El Alfa nunca había hablado de su pasado antes de construir la Manada del Fantasma Oscuro, una manada que había crecido en tan poco tiempo que, paradójicamente, se sentía como si hubiera existido durante décadas.
Los campos frente a mí estaban despejados, solo algunos animales nocturnos mero