—Nunca saldrás de aquí, Evelyn. Pagarás con sangre la traición de tu padre. Miro a mi lado, donde mi padre está arrodillado. —Papá… —susurro, temblando—, di algo… Pero él no me mira, ni siquiera se mueve. La sentencia del Alfa cae como un martillo, destrozando mi última esperanza. —Por tu traición, se te destierra de estas tierras. Y como tributo por tus pecados, tu hija se queda aquí . El Alfa más temido. La hija del traidor. Un lazo de luna rota los une, pero también los condena. Porque amar a Evelyn no solo desafÍa las leyes de los lobos, sino que desata una profecía que podría acabar con ambos y con todo lo que conocen. Un amor que podría destruirlos. ¿Podrá el amor sobrevivir cuando todo conspira para separarlos?
Leer másEvelyn
3 años atrás.
—¡La hija de un traidor!
—¡Debería morir!
—¡No merece vivir!
El frío se clava en mis huesos como un recordatorio de lo que soy nada .
Estoy en el centro de la manada, rodeada de innumerables ojos llenos de odio.
Sus susurros son como el siseo de serpientes, enredándose en mis oídos.
Y lo que más me aterra es el hombre frente a mí: el Alfa.
Su voz retumba como un trueno, llena de autoridad y crueldad.
—Nunca saldrás de aquí, Evelyn —Hace una pausa, su mirada afilada como una espada—. Pagarás con sangre la traición de tu padre.
Miro a mi lado, donde mi padre está arrodillado.
Él fue el Beta de la manada, un guerrero valiente, un líder respetado. Ahora, está encadenado, con la cabeza baja, en silencio.
Su silencio me destroza el corazón.
—Papá… —susurro, temblando—, di algo…
Pero él no me mira, ni siquiera se mueve.
La sentencia del Alfa cae como un martillo, destrozando mi última esperanza.
—Por tu traición, se te destierra de estas tierras. Y como tributo por tus pecados, tu hija se queda aquí .
Mi corazón se rompe en ese instante.
—¡¡¡No…!!! —murmuro, mi voz casi se pierde en el viento—. Papá, no me dejes…
Pero él simplemente se levanta, se da la vuelta y se va, sin mirar atrás, sin despedirse.
En ese momento, lo entendí: estoy completamente sola.
En la actualidad.
Las brasas de la fogata crepitan frente a mí, su luz tenue ilumina mi humilde cabaña.
Mecánicamente, coloco el conejo que cazé anoche sobre el fuego, mis dedos tiemblan por el frío.
Es la única comida que he tenido en días.
Me obligan a cazar en la oscuridad, lejos de las patrullas, lejos de cualquier posibilidad de ser vista. Como si fuera una peste que debe mantenerse oculta.
Afuera de mi cabaña, el bosque es mi única compañía. Nadie quiere estar cerca de mí, pero tampoco soy libre de irme. El Alfa jamás lo permitiría.
Para él, soy una propiedad. Un tributo. Un castigo vivo.
Mis dedos se aprietan alrededor del cuchillo que uso para despellejar el conejo, pero el temblor en mis manos me delata.
Estoy harta.
Harta de este encierro. Harta de ser tratada como una escoria. Harta de cargar con la culpa de un pecado que no fue mío .
Respiro hondo, cerrando los ojos, pero el pasado me atrapa de golpe.
Lo veo de nuevo.
A mi padre, de rodillas, con la sangre goteando de su boca después de la golpiza. Veo la sombra del Alfa sobre él, el desprecio en sus ojos.
"Por tu traición, se te destierra. Y tu hija se queda."
"Papá, di algo por favor."
Pero él se fue.
Me abandonó en manos de aquellos que querían matarlo.
Un nudo arde en mi garganta cuando regreso al presente.
No debo llorar.
No servirá de nada.
El aroma a carne asada impregna el aire y me obliga a centrarme en lo único que importa ahora mismo: sobrevivir un día más.
Pero entonces…
El sonido llega.
Un Paso.
Otro paso.
Luego, múltiples pisadas que se acercan a mi cabaña.
Mi instinto me grita ¡¡¡huye!!!
Pero sé que no tiene sentido. Aquí no hay escapatoria para mí.
Me pongo de pie, apretando el cuchillo, mi corazón late con fuerza.
El fuego sigue crepitando, pero el calor no llega a mis huesos.
La puerta es golpeada con fuerza, una, dos veces, hasta que la madera se astilla y se derrumba con un estruendo.
Mi respiración se detiene.
Ahí está él.
la mano derecha del Alfa, el hombre de sonrisa cruel.
Su mirada me atraviesa como la de un depredador, su boca se curva en una mueca burlona.
—Parece que alguien no ha seguido las reglas.
Su tono de voz me da escalofríos.
Retrocedo, el cuchillo casi se me cae de la mano.
—Yo… no he hecho nada…
Mi voz tiembla, apenas audible.
Él suelta una risa fría, su voz como el veneno de una serpiente, —Dicen que te vieron cerca de la ciudad, y que trajiste presa —Su sonrisa se ensancha, aún más cruel—. Tú no tienes permitido ninguna de las dos cosas.
Mi estómago se revuelve.
—Solo… necesitaba medicina… me lastimé…
Mi voz se debilita, convirtiéndose casi en una súplica.
Pero el hombre suelta una carcajada amarga.
—Tus súplicas me importan menos que la mierd4 bajo mis zapatos.
Se gira hacia los guardias.
— Agárrenla. El Alfa la espera.
Mis latidos se disparan.
No. No otra vez.
EvelynLos meses han pasado y poco a poco las cosas empeizan a tomar forma. La manada está cada vez más estable y aunque estaba aterrada de que la gente de Leonard no me aceptara y fueran a tratarme como una extraña, como cuándo llegué la primera vez, fue todo lo opuesto.Soy su luna y ellos han hecho un juramento de lealtad hacia a mi, así como el que hacen por su alfa, ahora hablando del alfa....Leonard practicamente no me ha dejado hacer nada en las últimas semanas y eso se debe a que mi barriga ya está tan grande que cada diez pasos empiezo a cansarme, sin emabargo su sobreprotección es exagerda.—¿Estás segura de que quieres caminar sola? —La voz de Leonard me llega desde el porche, su ceño fruncido mientras me observa con los brazos cruzados.—Estoy embarazada, no inválida —le respondo con una sonrisa mientras sigo caminando, aunque suelto un quejido cuando mi cadera se resiente.Él de inmediato levanta una ceja y chasquea la lengua llegando hasta dónde me encuentro, pero una
LeonardVer cómo se la llevan es lo más parecido a la muerte que he sentido.—¡EVELYN! —mi grito desgarra el aire mientras intento quitarme de encima a los hechiceros que me rodean.Puedo sentir su poder penetrandome, rasgando mi piel y abriendo una grieta que me va drenando por a poco, pero no puedo rendirme.Un rugido desde la derecha llama mi atención y entonces veo como Alex, mi beta, aparece llevandose consigo a tres de los hechiceros y eso hace que mis fuerzas empiecen a regresar, el hechizo que tenían sobre mí se corta y puedo sentir como recupero mi poder.No lo dudo ni un segundo antes de dejar que este salga como un vendaval de mi cuerpo, mientras veo como los cuerpos de los hechiceros caen inertes en el suelo.Ya me cansé de esto.Corro con todas mis fuerzas tratando de llegar hasta el hechicero que tiene a Evelyn, no me atrevo a lanzar mi poder porque podría darle a ella, podría herirla a ella y a mi hijo; me abro paso a través del campo, esquivando hechizos, monstruos, y c
EvelynDesde el momento en que la hija del Alfa del Este aparece en la cima de la colina, con su ejército improvisado de guerreros, algo cambia en el aire.Una vibración, un latido distinto.Sin embargo, yo no me sorprendo al verla, no del todo.Pues cuando no topamos en el camino pude sentir la energía que salía de ella, la forma en que quería unirse a nosotros y como se decepcionó cuándo su padre la mandó a alejar.No sé qué habrá hecho para poder estar ahí, pero me alegra que lo consiguiera, porque ahora mismo necesitamos toda la ayuda que sea.No es solo el número de refuerzos. Es la esperanza. Es el rugido de los que han vuelto del infierno para reclamar su libertad.Ella se impone en la cima como una diosa de guerra, el cabello al viento, la mirada determinada, pero lo que más me impresiona es que sus ojos no están puestos en Leonard, Ragnar o en mí, no. Ella tiene toda su atención en una sola persona: Eron.El jefe de los cazadores le regresa la mirada, pero no hay expresión e
LeonardPuedo sentir el impacto que genera en Evelyn tener cara a cara al mal nacido que se hizo llamar su padre, ese mismo que le mintió, que la abandonó´, pero al mismo tiempo, el único que ha tenido.Y sé que aunque ahora ella sabe la verdad y es consciente de lo que debemos hacer, esa traición, ese engaño le sigue partiendo el alma en dos.Y es por eso que me siento un tirón lleno de orgullo cuándo la veo plantarle cara.—Tú no eres mi padre—le dice y yo me encargo de sostener su mano libre —Y no lo digo solo que me hayas abandonado y luego vendido, me refiero a que ya sé la verdad.Puedo notar como la sonrisa del cazador se tambalea y un músculo se agita en su quijada, haciendo notar que esto no lo esperaba, que creía que iba a encontrar a la misma Evelyn sumisa, temerosa que él abandonó.Creyó que hallaría a la niña solitaria llorando por su papá y encontró a una reina luchando por su pueblo.Porque eso es lo que es ella.—Yo te críe—dice el cazador dando un paso al frente, ignor
Hola cariñitos, lamento que esto no sea un capítulo, pero justo por eso les escribo. A la novela le quedan a lo mucho de 3 a cuatro capítulos, pero no me he sentido conforme con lo que he escrito y sé que se merecen lo mejor, por eso no he actualizado.Me está costando un poco hacer el cierre que la historia se merece, pues he tenido algunos inconvenientes personales y me tienen un poco bloqueada, pero les prometo que esta semana que empieza tendrán todos los capítulos que faltan.Muchas gracias por su apoyo y comprensión, solo quiero darles lo mejor.¡Besos!
AlexDejar a mi alfa solo no es algo que me guste, mucho menos si vamos a empezar una batalla, por algo soy su beta, debo estar a su lado, cuidar que no le pase nada y darle mi apoyo, pero entiendo que las circunstancias son distintas a cualquier otra que hayamos vivido y que nuestros socios no son quienes esperábamos y debemos trabajar acorde a eso.Encontrar a los prisioneros, liberarlos, podría suponer un incremento en nuestras filas, eso contando con que se encuentren en buen estado para hacerlo, pero lo cierto es que no tenemos la más mínima idea de lo que vamos a encontrar.Y eso es algo que no me gusta para nada.La tierra cruje bajo mis botas mientras avanzamos entre la niebla espesa que cubre el flanco norte del acantilado. Mikkel va unos pasos delante, alerta, con su olfato en máxima concentración. Detrás de mí, tres cazadores caminan en silencio absoluto, sus pasos entrenados para no hacer ni un ruido y aunque al principio pensar en tenerlos cerca era algo que me ponía la
Último capítulo