Punto de vista de Jorge
La forma en que recordaba la Manada Aguasclaras era una memoria lejana.
La suavidad, la tranquilidad del paisaje, todo lo que la hacía ser lo que era... ahora era acero, metal y una dureza fría.
La brutalidad, en contraste con cómo la recordaba, era un llamado de atención sobre cuánto tiempo había estado ausente. Me había ido poco menos de un año, y mira cuánto había pasado en ese año.
Cuando mamá mencionó fronteras de acero, me las imaginé... pero verlas en realidad era otra cosa.
No solo eso, los guerreros de la Manada del Fantasma Oscuro se habían infiltrado aquí, transformando a los guerreros de Aguasclaras en algo diferente.
Lo entendía, papá tuvo que enviarlos para proteger las fronteras, pero si el Fantasma Oscuro era considerado la noche, entonces Aguasclaras siempre fue conocida como la luz frente a su oscuridad.
Había pasado una semana desde que Callie y yo dejamos la Manada del Fantasma Oscuro, ella pasó esa semana acostumbrándose a su nueva manada y