—Hay algunos documentos que quiero que revises, que leas antes de tomar una decisión.
—¿Qué tipo de documentos?
—Un contrato para que lo revises.
—¿Ya hiciste redactar un contrato?
—Me siento optimista. —se encogió de hombros. Estaba extremadamente seguro de que aceptaría su oferta.
Volvimos a su oficina, donde colocó el contrato frente a mí. Un documento que consistía en página tras página, me tomaría varios días solo leerlo.
—¿Hiciste que un equipo legal redactara esto o algo así? —me reí, pero mi risa cayó en el vacío ante su respuesta directa y carente de humor.
—Sí, quiero hacer esto correctamente.
Tomé asiento en la silla frente a su escritorio, ¿esperaba que leyera todo eso de una sola vez?
No sabría ni por dónde empezar a leer un documento legal.
—Quiero hacer lo correcto por ti, Clío, quiero que sepas que, sin importar lo que me pase a mí, esta manada será tuya...
—¿Mía? —levanté la vista del documento, mis ojos se reajustaron después de escanear el texto pequeño.
—Sí, hasta q