Punto de vista de Jorge
—¿Clío? —sin pensar, la llamé cuando salió corriendo de la mesa del comedor hacia el baño de abajo.
—¿Está bien? —preguntó la Luna Louise con un jadeo, mirando hacia los padres de Clío, quienes se movieron para seguirla.
—Yo voy. —Javier pasó junto a ellos, apresurándose en la dirección hacia donde ella había huido, sus ojos brillaron hacia los míos al pasar por el lugar vacío de Clío.
¿Desde cuándo eran uña y carne esos dos?
—Toma Jorge. —Callie me pasó el cuchillo para que continuara cortando el solomillo, mientras los platos se pasaban hacia mí, ya llenos hasta el borde con patatas y verduras.
Al principio no le respondí, mis oídos estaban centrados en escuchar la puerta del baño cuando Javier llamaba, antes de derribarla a patadas. Luego, cuando cerró la puerta, no oí nada.
Serví los platos uno por uno, intentando parecer involucrado en las múltiples conversaciones a mi alrededor, pero no lo estaba, tenía los oídos y la vista puestos en la entrada del comedo