Punto de Vista de Carla
La caminata resultó más larga de lo que imaginaba, aunque quizás solo fue la inquietud de saber quién aguardaba al final del sendero.
Cuando Héctor mencionó que traería guerreros, imaginé que serían a lo sumo unos cinco, pero veinte me pareció una exageración.
Héctor desconocía que Tomás me necesitaba con vida y a salvo, aunque para él "a salvo" significaba mantenerme encerrada dentro de la Manada del Desierto Ámbar.
—¿Estás segura de esto? —preguntó Héctor mientras caminábamos uno al lado del otro.
—Sí... prometió sacar a su gente de aquí.
—Pues... eso lo creeré cuando lo vea con mis propios ojos.
—Yo también, pero al menos es un comienzo para sacarlos de tus fronteras y que tu gente recupere su libertad. La situación no puede seguir así por mucho tiempo. —los miembros de la Manada del Fantasma Oscuro habían tolerado con paciencia las órdenes y restricciones de Héctor, pero no tardarían en rebelarse si su alfa no tomaba medidas pronto.
Y eso era lo que me aterr