Punto de vista de Lucas
Tan pronto como abrí la puerta delantera de la Casa de Alfa, su puño voló hacia mí. Me estaba esperando, y no estaba solo.
Su puño siguió golpeando mi cara y al principio no me defendí, estaba furioso conmigo y le dejaría tener esto. Ese era un golpe merecido, pero ese golpe rápidamente se convirtió en un baño de sangre.
Cuando no paró, empecé a defenderme y lo empujé lejos de mí.
Me había partido el labio y ya podía sentir la hinchazón en mi ojo. El sabor metálico de la sangre entró en mi lengua al lamer la comisura de los labios.
—Cálmate, Javier —le advertí, mi tono fue un recordatorio de que necesitaba controlar su ira. Mi lobo y yo nos esperábamos una reacción así, pero no éramos cobardes.
—¿Calmarme? Te traje aquí para revisar nuestra seguridad, no para que te cogieras a mi hermana. Me has mentido, a nosotros, todo este tiempo. Lo supe, lo supe en el momento en que los encontré juntos en la cama. —podía ver el dolor en sus ojos, la traición que sentía por