ADVERTENCIA: Libro con contenido explícito. No apta para lectores que se impresionan facilmente NUEVOS CAPÍTULOS TODOS LOS DÍAS Su nombre era Namar, ella nació en un fastuoso palacio rodeada de lujos, cuando los Alfas tenían el control sobre esclavos, concubinas y cortesanas; servidos y venerados como reyes. Se diría que su destino era ser la hija predilecta del Alfa, al haber sido gestada en el vientre de la concubina favorita de su padre; sin embargo, Alfa Drago engendró a una cachorra fuerte como él, y su madre era muy frágil y pequeña, lo que no le permitió sobrevivir al cansado nacimiento de Namar. Su padre la culpó eternamente y la maldijo por haber sido la causante de la muerte de su amada concubina y ordenó que terminaran con su vida. Criada en secreto por una esclava, creció escondida de los ojos de su padre. Un terrible encuentro llevará a Namar a huir de palacio para convertirse en la concubina de un despiadado Alfa. ¿Podrá Namar encontrar la felicidad?
Leer másAquel día Emir llevó a Astrid a casa, donde vivían su madre Mara; Fatma, su cuñada y su sobrina Adalet. Ambos entraron. Fatma cocinaba junto a Mara, y Adalet se encontraba cosiendo unos cueros con amarras, que Astrid no logró descifrar en primera instancia. - Emir, ya has regresado - se acercó su madre con calidez.- Madre, Fatma, Adalet… ella es Astrid - la atención de las tres lobas se centró en la joven Astrid, quien sintió nerviosismo y presión ante los ojos inquisidores de Fatma.- Astrid - dijo Adalet acercándose a ella con una sonrisa. - Hija, ¿Oíste antes hablar de ella? - dijo Fatma con recelo. - ¡Claro que sí! Ella es Astrid, la curandera real… salvó la vida de nuestra antigua Luna Namar. - Por la diosa, entra niña… - Dijo Mara, con ojos de reproche hacia Fatma, que no permitía aún el paso a Astrid, ante la situación incómoda que se había formado. Tomó su mano y le permitió ingresar, con una sonrisa.Mara y Adalet la observaban con felicidad, tratándola como si fuese una
No deseo mal a esta manada. Yo, princesa Namar, hembra Alfa e hija legítima de Alfa Drago y futura Luna de la manada Luna Sangrienta, estoy dispuesta a firmar la paz entre ambas manadas. Terminemos de una vez por todas con esta historia de odio - dijo Namar, para luego hablar a través de su conexión mental de Alfa, directamente con Luna Madre Beste - >Beste se detuvo un momento sin poder reaccionar ante la declaración de aquella loba.> Dijo Beste a través de la conexión mental.<
La joven princesa Namar bajó con ímpetu de su caballo, al llegar a la entrada de la manada Luna Cristal. Los guardias le impidieron el paso, sin comprender lo que ocurría. La joven loba no menguó su vigor al hablar frente a ellos: nada ni nadie le impediría el paso.No fue hace mucho tiempo en el que ustedes me llamaban su Luna, ¡Y ahora me impedís el paso?Lo siento, Lu… Princesa. Es nuestro deber anunciar su llegada, no es nuestra intención ser irreverentes. Entonces ¡Háganlo ya! - ordenó la joven loba, entrando en cólera.Nuestro Alfa… - empezó uno, sin embargo fue interrumpido por la jóven loba.No deseo hablar con Caleb. Anuncia a tu Luna Madre, que exijo hablar con ella. Ambos lobos se miraron con indecisión: Aquella visita no sería del agrado de la anciana loba Beste y eso era algo que los guardias sabían muy bien. Fue el motivo por el que, en lugar de un aullido, decidieron conectar mentalmente a Beta Emir. Cuando el joven Beta escuchó la noticia, algo en él se congeló. Cono
Aquella tarde, la princesa Radha se presentó en el palacio del joven Alfa Caleb. El joven lobo le recibió, intentando disimular el desagrado que le producía aquella situación. La joven princesa tomó su mano con una gran sonrisa en los labios, satisfecha de ver que su plan al fin tenía éxito, transformándose prontamente en la Luna de su tan anhelado Alfa.Había llegado a oidos de la joven princesa, la noticia de que Namar había regresado a casa de su padre, abandonando a Caleb. Con estas circunstancias a su favor, ya nada ni nadie le arrebataría la oportunidad de ser la Luna y futura Luna Madre de la manada Luna Cristal. Caminó en compañía de su futuro esposo, hasta su oficina.- Alfa Caleb, esta espera se hizo interminable. Sin embargo, finalmente la hora ha llegado. El día de mañana finalmente seremos pareja. - … - Alfa Caleb asintió en silencio. - Ha llegado a mis oídos, la noticia de que la princesa Namar ha regresado junto a su padre. - Así es… veo que tus informantes se mueven
- Alfa Caleb- AstridLa joven se presentó en los aposentos de Alfa Caleb. Cuando sus ojos se encontraron con los de Emir, su corazón se encendió y también el del joven Beta. - Sabía que volverías, Astrid - Dijo Alfa Caleb. La joven intentó despegar la mirada del joven Beta, sin éxito, sintiéndose como una lobezna tonta e inexperta. - Sí Alfa… - se limitó a decir. - Astrid - Dijo Emir, sin poderlo evitar. Luego miró hacia el suelo - Yo… saldré un momento. Esperaré afuera - Volvió a mirar fijamente a Astrid y luego salió. Alfa Caleb observó el extraño momento con curiosidad. - Curioso… - comentó el joven Alfa - Bien… vamos a lo importante ¿Encontraste a Vera?- Ella falleció hace poco tiempo, Alfa.Los ojos de Alfa se entristecieron con gran frustración. Sentía que para ese momento, todas sus esperanzas de saber si Namar y él compartían lazos de sangre, se extinguían por completo. - En efecto, llegué hasta donde ella vivía. Era una pequeña cabaña cerca de las montañas frías, tal
- Por favor, informen a Alfa Caleb que he regresado - Astrid, a dos días del equinoccio de primavera, se presentó nuevamente en el palacio de la manada Luna Cristal.Cuando la joven loba partió en su misión, recopilando información sobre la verdadera identidad del padre de Alfa Caleb. Su plan de partir de manera silenciosa, como era de esperarse, fue un completo fracaso. Cuando los guardias la vieron partir, en silencio y sin una escolta, ni un destino claro, pensaron que la joven loba se encontraba en rebeldía e intentando huir, por lo que la intentaron retener. - Alto ahí, Astrid… ¿Dónde crees que vas?- Tengo asuntos importantes que no son de vuestra incumbencia. Nuestro Alfa me ha enviado.- ¿Dónde está tu escolta?- No tengo escolta.- Pues… ¿A dónde te diriges?- No es vuestro asunto.- ¿Quieres que creamos que nuestro Alfa te ha enviado, sin escolta, a una misión secreta? ¿Acaso crees que somos idiotas?- Prefiero no responder a tu pregunta… - dijo Astrid, con superioridad - S
Último capítulo