ADVERTENCIA: Libro con contenido explícito. No apta para lectores que se impresionan facilmente NUEVOS CAPÍTULOS TODOS LOS DÍAS Su nombre era Namar, ella nació en un fastuoso palacio rodeada de lujos, cuando los Alfas tenían el control sobre esclavos, concubinas y cortesanas; servidos y venerados como reyes. Se diría que su destino era ser la hija predilecta del Alfa, al haber sido gestada en el vientre de la concubina favorita de su padre; sin embargo, Alfa Drago engendró a una cachorra fuerte como él, y su madre era muy frágil y pequeña, lo que no le permitió sobrevivir al cansado nacimiento de Namar. Su padre la culpó eternamente y la maldijo por haber sido la causante de la muerte de su amada concubina y ordenó que terminaran con su vida. Criada en secreto por una esclava, creció escondida de los ojos de su padre. Un terrible encuentro llevará a Namar a huir de palacio para convertirse en la concubina de un despiadado Alfa. ¿Podrá Namar encontrar la felicidad?
Leer másCapítulo 39Aquella noche, el joven Kerim conoció los placeres en compañía de Namar. El joven e inexperto lobo se entregó al fuego, ignorando por completo los planes de la joven loba, quien no le dio descanso en toda la noche, para que no hubiese ni un ápice de duda en él, al momento de revelarle su embarazo. En aquel enrevesado plan se encontraba en juego la vida de su hijo, por lo que Namar no dudó ni un solo segundo en entregarse por completo al joven Beta, sin negarle absolutamente nada, permitiendo que Kerim volcara todo su deseo reprimido en una sola noche.A la mañana siguiente, Kerim despertó con Namar durmiendo en sus brazos. La observó detenidamente, ya no había vuelta atrás para él: después de aquella noche, sus destinos se habían enlazado. Había dormido con la hija de su Alfa. Por un momento temió por su vida y se culpó por dejarse llevar, sin embargo, el fuego encendido en su interior, era el que realmente prevaleció en sus sentimientos. La amaba y no permitiría que nada
La joven vertió el licor en la copa del joven lobo, para luego tomar otra copa de la mesa y verter también hidromiel en ella. No era necesario beber el contenido, solo fingir que lo hacía. El joven e inexperto lobo, que había pasado su corta vida en servicio a su Alfa, no conocía aun las artes que Namar podía ofrecerle. Por esta razón, al ver que se producía un inesperado acercamiento entre ellos, el nerviosismo lo consumió. Chocaron copas, Namar le dedicó una sonrisa, mientras Kerim intentaba mostrarse tranquilo y en control de la situación. El joven lobo bebió de golpe la copa, fingiendo despreocupación.- Princesa Namar, debo preguntar… ¿Cuáles son tus planes para esta noche? - preguntó Kerim, directamente, con su más convincente rostro de despreocupación. La joven supo inmediatamente a qué se refería y esbozó una sonrisa.- ¿Qué es lo que esperarías tú de esta noche, Beta Kerim, para llamarla una cena exitosa?- A decir verdad, estoy muy satisfecho con esta velada. Creo que, en e
Namar se dirigió a sus aposentos nuevamente, después de entrenar con Kerim. Cuando caminaba a través de los pasillos, sintió que su cuerpo se volvía cada vez más pesado, hasta el punto de caer inconsciente. Una de las criadas acudió en su ayuda.- ¡Princesa Namar! ¡Ayuda! - Gritó, al no tener la fuerza suficiente para levantarlaKerim oyó su llamado y acudió hasta el lugar.- Namar… - dijo con preocupación. Tomándola en sus brazos - Llama a la curandera - ordenó.Kerim la llevó hasta su cama y la joven criada llamó a una de las curanderas para que la examinara. Al llegar esta, Kerim salió de la habitación, para que la joven loba pudiese hacer su trabajo con tranquilidad. Transcurrió un largo período de tiempo en que la curandera logró examinarla, muy preocupada. Para cuando Namar despertó, se encontraba sola con ella. - Princesa Namar - la preocupación se dibujaba en el rostro de la joven loba.- ¿Qué ocurrió? - dijo Namar, incorporándose con dificultad.- Princesa, con cuidado - dij
Astrid caminó por los pasillos, hasta los aposentos de Alfa Caleb. Inhaló hondo y anunció su llegada. Los guardias le permitieron entrar. Permaneció de pie junto a la puerta, esperando a que su Alfa le dirigiera una mirada o una palabra. El joven lobo se encontraba ensimismado, de pie junto al gran balcón, con sus manos entrelazadas tras su espalda, observando el ir y venir de la manada y, más allá, el enorme desierto que le separaba de Namar. Rompió el silencio. - ¿Conoces algún método para conocer la parentalidad entre lobos?- ¿Mi Alfa? - Dijo Astrid, sin comprender. Aquella pregunta le tomó por sorpresa, ya que no sabía qué esperar ante su llamado. - Ya lo has oído… - dijo el joven Alfa, volteando a ver a su antigua cortesana - ¿Eres una curandera no? … ¿Acaso creíste que te llamaría por otro motivo?- Lo siento, Alfa. Francamente, no sabía qué pensar ante su llamado. - Si requiriera de otras artes, llamaría a mis cortesanas ¿No lo crees? - dijo algo molesto - Ahora bien… ¿Sabe
Namar y Kerim entrenaron durante al menos una hora. El joven lobo estaba impresionado al darse cuenta de la habilidad de aquella joven loba; sin embargo, para Namar, era el único modo de poder sacar toda su rabia e impotencia, al no tener la posibilidad de correr y gritar. El rostro de Caleb no se borraba de su mente ¿Cómo estaría él? Su corazón no se atrevía a contar los días que faltaban para el equinoccio de primavera; fecha en la que, irremediablemente, verían sus vidas separadas. Para ese momento, Caleb ya había leído las palabras de Alfa Drago, en las que confesaba la posibilidad de que Namar fuese su hermana. Revelación que fue muy mal recibida por parte del joven Alfa, e hizo retumbar los muros de su castillo.“Alfa CalebQuisiera, en primer lugar, agradecer su hospitalidad, al mantener retenida y esclavizada a mi amada hija. No puedo ya enumerar el millar de favores que ha hecho vuestra manada a la mía, durante el período de mi reinado; creo que jamás me hartaré de sus afabl
- Cuando las criadas me informaron que habías salido de tus aposentos, tenía la sospecha de que te encontraría aquí - comentóNamar caminó de vuelta, para dejar la espada en su lugar. - No sabes nada sobre mí - Dijo, alargando el brazo para dejar la espada, pero Kerim, en un rápido movimiento, golpeó la espada con la de él, impidiéndole envainar. - ¿Estás tan segura de eso? Puedo deducir muchas cosas solo con observarte. Tu elección de arma al momento de entrenar, me hace inferir muchas cosas más…La joven le dedicó una mirada inquisitiva, luego se apoyó sobre la empuñadura de la espada, dejándola sostenida sobre el suelo - Te escucho… - Le dijo ella en tono desafiante. Puedo ver que eres una loba astuta, más no egoísta. Llegaste en poco tiempo a ser una Luna en territorio enemigo, sin embargo, fuiste capaz de dejarlo todo para rescatar a un ser querido… - Namar sintió que su fortaleza se quebraba al recordar a Tabita, pero intentó no demostrarlo - En cuánto a tu elección de arma,
Alfa Caleb levantó la vista en dirección a su segundo al mando, no podía comprender por qué Emir se interesaba en involucrarse en decisiones tan insignificantes; esperaba que al menos le hablara de asuntos relacionados con la seguridad de su manada, problemas internos o algún tema que lo alejara de los fantasmas que rondaban su cabeza; pero, preocuparse por el destino de la criada de su pareja, solo removía en él su ira e impotencia.- Si Astrid fue una concubina antes de… - el joven Alfa no quería continuar con su oración, para no nombrar a Namar, por lo que solo tomó una bocanada de aire, cabreado - Lo más lógico es que ahora vuelva a sus labores comunes… - Es verdad, Alfa - dijo Beta Emir, intentando que sus palabras fueran suaves, para llegar a razonar con su Alfa - Sin embargo, hemos visto sus grandes habilidades con las hierbas medicinales, esto era algo que no conocíamos. Es una loba, incluso, más hábil que la curandera de palacio… - Bien… Has lo que estimes mejor, Emir… me d
Cuando el joven Alfa Caleb volvió a su castillo, traía consigo reprimidas todas las emociones que no podía expresar. Su lobo estaba al borde del colapso en su interior, quería a toda costa salir y correr tras Namar. Sin embargo, por el bien de su manada tuvo que limitarse a ver como su peor enemigo se llevaba a la loba que, aunque jamás logró admitirlo, traspasó la barrera de su gélido corazón e incluso había llegado a amar. Sin embargo, un Alfa no puede arriesgar la vida de toda una manada debido a una loba: Ese sería un indicio indiscutible de debilidad. Si hubiese reaccionado de otra manera, oponiéndose al hecho de que Alfa Drago reclamara de vuelta a su hija, el viejo Alfa habría logrado ver el amor que él sentía por Namar y, sin lugar a dudas, lo habría usado en su contra. Caminó en silencio a través de los pasillos del palacio. Como siempre, súbditos, criados y los lobos que estaban a su servicio, caminaban junto a él, sin embargo, Alfa Caleb se sentía totalmente absorto de lo
Namar intentó comprender el dolor de Alfa Drago al perder a su pareja, aunque no podía comprender cómo podía sentirse; no es como que a una esclava se le enseñara cómo se siente exactamente el tener a tu pareja predestinada, se preguntaba si es que había alguna especie de señal para saberlo, ¿Se sentiría de un modo similar a lo que ella estaba sintiendo al haberse separado de Caleb? Sí, es verdad, ella y su lobo debían admitir que sentían una conexión muy fuerte por el joven Alfa, pero eso no era una unión de parejas predestinadas, si así hubiese sido, Caleb lo habría confesado y no, negado.En su interior, Namar podía sentir como su loba aullaba angustiada por el rechazo de Alfa Caleb. No lograba comprender cómo podía sentir dolor por algo que ella supo, desde un principio, era un acuerdo de emparejamiento falso. Aun así, extrañaba su olor y el contacto con su piel. No comprendía por qué se sentía de ese modo.- Tu, hija, soportaste los venenos administrados, por ser una cachorra Al