Diego:

Las semanas pasan rápido, una tras otra, hasta que llega el temido día. Con Antonella dejamos a Marcus en el colegio; se quedará con la maestra del otro primero, ya que Cinnia irá con nosotros como testigo en el juicio por la custodia.

Antonella toma mi mano con fuerza al ver a Ambra. Ella está acompañada de su abogado, y no puedo evitar pensar en cómo estará pagando sus servicios, porque dinero no tiene. Me doy cuenta, además, de la forma en que él la mira. Lo más gracioso es que ella intenta provocarme celos, unos que jamás he sentido ni sentiré, y menos por alguien como ella, que para mí no vale absolutamente nada.

—Que pasen a la sala el caso de custodia de Marcus de Luca, por favor. —Somos llamados a entrar, donde un juez nos espera y nos saluda con cordialidad.

Me siento junto a mi abogada en la parte delantera, mientras Antonella y los demás permanecen atrás. Ambra me dedica una sonrisa triunfal. No la entiendo; está más desequilibrada de lo que pensaba.

—Buenos días. En