Capítulo 51. Parte 1
Diego:
Antes de salir del hospital, me tomo un analgésico para quitarme el dolor de cabeza que me ha dejado el encuentro con Bernardo, y sigo mi camino rumbo al colegio para reunirme con Antonella y Marcus. Al llegar, me paro en el marco de la puerta del salón de clases y observo a mi mujer, luego miro a los niños, y están todos concentrados en sus palabras. Aunque Marcus, aparentemente, también lo está, no dejo de ver en su rostro un destello de tristeza, una amargura profunda, lo que me hace odiar con todas mis fuerzas a Ambra.
—¡Felicidades, papá! —susurran en mi oído, y al mirar hacia atrás veo a Cinnia sonriendo.
—¡Gracias! —respondo dándole la cara, y agradezco también, porque ha logrado sacarme a Ambra de la cabeza.
—Jamás vi a Antonella tan feliz —asegura—. Doy gracias al cielo de que hayas aparecido en su vida. Debo confesar que al principio fue difícil para mí creer que estuviera contigo, por ser un hombre casado, pero ahora me doy cuenta de que ustedes nacieron para estar j