Capítulo 50. Parte 2
Diego:
La mañana transcurre más lenta de lo normal. Una vez que termino con las consultas y el último paciente se ha ido, me permito un momento de calma. Siento la prueba de embarazo en mi bolsillo y una sonrisa se dibuja en mi rostro. No puedo esperar para contárselo a mi padre. Tomo mis cosas y voy a verlo.
Salgo de la consulta con una sonrisa genuina, una que no creo que podré borrar jamás, y menos si Antonella me sigue haciendo tan feliz. Pienso en mi futuro y lo visualizo grandioso, porque estoy seguro de que, con Marcus y el nuevo integrante, tendré la familia que siempre he anhelado. Sonrío al pensar en esa palabra, porque ni en mis sueños hubiera imaginado que, junto a Antonella, formaríamos una familia tan grande como la que estamos construyendo.
—Hola —saludo a la asistente de mi padre—. ¿Está mi padre?
—Hola, doctor. Está con el arquitecto, el señor Piuzzi —aclara, y sé que se trata de mi cuñado.
—Entraré —aseguro.
Dentro de la oficina están, efectivamente, Enzo y mi padre.