Capítulo 49. Parte 7
Antonella:
Busco dinero en el bolso y comienzo a ponerlo en la máquina expendedora de gaseosas. Una vez que tengo la lata, levanto la cabeza para ver, perfectamente, a Bernardo, disgustado, cogiendo a Ambra del brazo para llevarla a su consulta. Pienso en contarle a Diego, luego desisto, puesto que ella no debe interferir en mi vida, y tomo la determinación de no comentarlo.
Me siento en una butaca bebiendo de mi gaseosa, pensando en Ambra, en la vida que tiene desde que le quité al bombón...
«El bombón es tuyo, pero ella lo perdió porque quiso. Por fin apareces con algo coherente que decir».
Sacudo mentalmente mi cabeza y dejo de pensar que soy la chica mala, la roba-maridos, y decido volver a la consulta, pues la gaseosa ha hecho efecto con rapidez.
—¿Antonella? —cuestiona una muchacha acercándose a mí.
—¿Yo? —digo mirando hacia todas direcciones.
«¿Será a ti a quien le habla si tu nombre es Antonella y se acerca a ti?».
—Sí, yo soy Ingrid, del grupo de "Las pervertidas".
—¡Ah! —dig