Capítulo 22. Parte 6
Antonella:
—Aunque lamento la vida que te ha tocado, me alegro de que, gracias a esa experiencia, yo pueda estar en tu vida. De lo contrario, estarías feliz con Bruno y, seguramente, jamás nos hubiéramos conocido. Quiero ser el primero en muchas cosas, pero también el último.
«Ahora que escucho las palabras de este hombre perfecto, pienso que debo estar soñando. ¡Ay, no! Esto no puede ser un sueño. Dime, señor, que es real».
—Yo también me alegro —confieso, después de pellizcarme secretamente y verificar que no es un sueño—. Pero, cuéntame de ti.
—La otra vez te conté un poco sobre el infierno que paso con ella, pero te puedo contar desde el principio.
—De acuerdo.
—Estaba de novio con Ambra y quedó embarazada. Cuando me lo comunicó, te juro por Dios, que fui el hombre más feliz sobre esta tierra, y no dudé en pedirle que fuera mi esposa, y así fue. Nos casamos al mes siguiente. Lo malo era que rechazaba su embarazo, quería abortar y no pude soportar la idea de que eso sucediera. Desp