Capitulo 42. Parte 1
Antonella:
Hacemos el amor por última vez, mientras poco a poco empieza a salir pelaje en mi cuerpo. Mis brazos y piernas se convierten en patitas, mis orejas crecen hacia arriba y mis dientes… ¡Ay, mis dientes! Así es, parezco un conejo de tanto sexo que tengo. Pero supongo que solo estoy disfrutando de algo que me fue negado por mucho tiempo; y no es que sea vieja, pero estar casada durante seis años y tener sexo esporádico —algo que, la verdad, agradezco, porque con tal espécimen como pareja sexual, más seguido sería un martirio— resulta demasiado para este cuerpo joven.
«Enredada como siempre. Cuando tengas pensamientos así, omítelos. ¿Sí? —No, no quiero… o no puedo.»
Con una toalla envuelta en el cuerpo, salgo del baño para que Diego tome su turno en la ducha. Mientras lo espero, me siento en la cama pensando que ya basta de tanta lujuria; me aferro a las cobijas para no volver al baño y continuar inundando la habitación de gemidos candentes. Tenemos que pensar en Marcus, que dep