Entre la venganza y el amor (1era. Parte)
La misma noche
Málaga
Iván
Estupidez, o acierto, no supe cómo encasillar mi propuesta hacia doña Beatriz. Corrijo: no medí fuerzas; tanteé el terreno para descubrir hasta qué punto estuvo involucrada en las acusaciones falsas que enviaron a mi madre a la cárcel. Y quizá, en su afán por proteger su maldito imperio y a su familia, entregaría al cabrón de Ramiro.
Pero sus ojos me atravesaron con la fría precisión de alguien que nunca olvida ni perdona, sumado a su silencio no obtendría nada.
—Muchacho, a mi edad las amenazas ya no me asustan, menos viniendo de alguien como tú —dijo, la voz firme, sin un atisbo de emoción.
—No la asustan —repuse, dejando que la rabia temblara apenas en mi voz—, la sacan de su zona de confort, y eso sí lo detesta. También, como matriarca, no expondría a la humillación pública a su familia… Ya veo los titulares en la prensa: “El caos azota una vez más a los Del Valle, primero con la muerte de su patriarca, ahora con los escándalos de corrupción, y el colapso