- Si tuvieras idea de cuánto me duele estar lejos de ti, rayo de sol...
- Tengo una idea... Porque a mí me duele... - Dije, en un susurro.
- Ven... ...por favor. No puedo garantizar curarte de este dolor, pero al menos puedo intentar disminuirlo en ti.
- ¿Por qué iba a hacerlo, si te fuiste para no volver a verme?
- Hablé desde la ira. Y me disculpé, lo sabes.
- Es cuando estás enojado que dices las cosas que realmente sientes.
- Ah, cariño... No seas tan difícil. Sólo quiero ayudar. Déjame hacer por ti lo que tú has hecho por mí.
- I... Soy una mujer difícil... Es inherente a mi personalidad.
- Bueno, voy a tener que discrepar... - Se echó a reír.
- Imbécil... - Me quejé, con una sonrisa en la cara.
- Te espero con el desayuno preparado.
- ¿Habrá tarta de cacahuete?