MI MEJOR EXPERIENCIA

Me hizo gracia su expresión. Arranqué el coche y me puse en marcha hacia la dirección del motel que había reservado.

Theo se abrió obedientemente el botón y la cremallera del pantalón, a pesar de estar esposado. Le toqué y me quejé:

- Esto aún no está lo bastante duro.

Theo se rió y bromeó:

- Sabes cómo ponerla dura, como a ti te gusta.

Manteniendo una mano en el volante, con la otra cogí la porra y se la pasé por el pecho por dentro de la camisa, tirando lo justo para reventar los botones.

- Por favor... Chúpamela, cielo... - Suplicó, retorciéndose en el asiento.

Yo me reí:

- En absoluto, mi amor. Aquí las órdenes las doy yo, ¿lo has olvidado?

Tiré de unas esposas a la vez, abriéndolas, liberando sus manos.

- ¿Qué debo hacer, oficial? - Me preguntó.

- Debes masturbarme mientras conduzco. Exijo que me hagas correr antes de que lleguemos a la cárcel, delincuente.

- Dios sabe cuánto deseo besar tu boca ahora mismo, amor mío. - Theo reveló.

- No me besarás la boca... Sólo mi coño.

- Como
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