Después de despedirme de Alexander, él se quedó en la oficina para resolver los pendientes que aún quedaban en su apretada agenda, Al día siguiente debíamos salir rumbo a la casa de campo de los Richmond, y sabía cuánto le obsesionaba dejar todo en orden antes de cualquier compromiso.
Mientras se sumergía en documentos y llamadas, un mensaje inesperado iluminó la pantalla de su teléfono. Era de un número desconocido:
“Tengo información interesante sobre Victoria, algo que debe saber. Es urgente.”
Las alarmas se encendieron de inmediato dentro de Alexander. El solo nombre de esa mujer bastaba para helarle la sangre. El temor lo sacudió por completo. No podía permitir que Victoria regresara a entrometerse en su vida, y mucho menos ahora, cuando apenas estaba construyendo un futuro nuevo. El mensaje incluía una dirección. Alexander no perdió tiempo y salió rumbo al lugar indicado.
Mientras tanto, Julia sonreía satisfecha. Todo estaba saliendo justo como lo había planeado. Había prepa