**SANTIAGO**
El sonido del agua cayendo detrás de la puerta del baño es lo único que rompe el silencio espeso que me envuelve. Llevo despierto desde hace rato, sin moverme, con la cabeza apoyada en la almohada y los ojos perdidos en el techo, como si en esas líneas invisibles pudiera encontrar una respuesta. Mi reina está aquí conmigo, como debió ser desde el principio.
—No puedo ir sin prepararme —susurro, sintiendo cómo la tensión me recorre la espalda, y estiro la mano hasta alcanzar el celular en la mesita de noche.
Desbloqueo la pantalla y dejo que mis dedos se muevan con rapidez, buscando algo que ya debería haber tenido listo, pero que me negaba a concretar por miedo a que este momento no llegara. Al verlo, una chispa se enciende dentro de mí, como si de pronto el caos comenzara a ordenarse solo.
Redacto el mensaje sin dudar:
"Tenlo todo listo antes de las 8. Que todo esté perfecto."
Pulso enviar, y cierro los ojos. Dejo escapar un suspiro largo, profundo, uno que me vacía por