—Mi araña galponera —se burla golpeándole las nalgas.
—No es gracioso que te burles de mi culo —le reprocha Sonia.
—No me burlo, pero a pesar de tu inexistente estatura, tienes un culo de infarto —bromea, logrando con eso recibir un puñetazo juguetón en el pecho—. Auch.
—Tenía entendido que la pequeña era Aye —dice con intención de desviar el tema hacía otro lado.
—Ella ahora es más alta que tú, pero definitivamente no tiene tu culo —expresa sonriendo—. O sea, lo que ella obtuvo de estatura, tú lo obtuviste de longitud trasera —explica apretándole el culo para dar valor a sus palabras—. Aunque, pensándolo mejor, siempre tuviste un culito más pompón que los demás.
—Ya, deja de hablar de mi culo que me estás poniendo nerviosa —se queja la chica.
—Pero si es un hermoso culo —bromea apretándolo con más fuerza.
—¡Adam! —chilla.
—Está bien, está bien. Solo decía —se calma y hace que ella vuelva a apoyarse en él—. Hoy en el hospital fue un poco incomodo —entona luego de varios segund