KAELA:
El agua fría entre mis dedos parecía enviar destellos de luz directamente a mi memoria, arrastrándome a un lugar del pasado donde el sol siempre brillaba más cálido y los días eran eternos. Cerré los ojos, dejando que la nostalgia me envolviera por completo. Mi mundo estaba quebrado ahora, pero en algún rincón de mi mente siempre vivía intacto ese recuerdo en el que corría junto a Kaesar, mi mejor amigo, mi todo.
—¿Recuerdas cuando corríamos por estos prados? —susurré contra su pecho, sintiendo cómo su corazón latía al mismo ritmo que el mío—. Todo era más simple entonces.Kaesar acarició mi cabello con suavidad, y pude sentir a través de nuestro vínculo cómo los recuerdos lo invadían también. El dolor por la traición de su madre era como una herida abiert