La tarde cae con una luz dorada cuando Ethan vuelve a casa. El sonido de la televisión suena en la sala, y la risa de Ava le llega como una caricia. Deja las llaves en la entrada y camina hacia ellas.
Clara está en el sillón, recostada, con Ava a su lado. Cuando lo ve, se incorpora de un salto y lo abraza con una intensidad que lo toma por sorpresa.
—Te extrañé tanto hoy —le dice al oído, mientras sus dedos se deslizan lentamente por su espalda, bajando más de lo habitual, incluso delante de la niña.
Ethan se queda quieto. Algo no cuadra. Clara es afectuosa, sí, pero siempre fue reservada frente a Ava. Y menos aún... tan abiertamente sugerente.
Frunce su ceño confundido ante el comportamiento de ella, pero la detiene con dulzura y solo por el hecho de que la pequeña está justo enfrente de ellos, mirándolos con más curiosidad de lo debido.
—Yo también te extrañé —responde con suavidad, tratando de leerla con la mirada.
Clara le sonríe y le susurra al oído:
—Esta noche quiero repetir lo