El reloj del hospital marca las 6:17 p.m. cuando Ethan entra a la habitación, cerrando la puerta con cuidado tras de sí.
Han sido unos días extenuantes con todo lo del juicio y ahora, con la espera del veredicto. Los abogados de Ethan están bastante confiados de aue el tribunal fallará a su favor, pero siempre está esa duda persistente que grita en su cabeza: ¿"y si no"?
A pesar del temor constante que siente, Ethan sabe que ya no hay nada más que pueda hacer. Mostró todas sus cartas sobre la mesa y, ahora, solo queda esperar lo mejor.
Afuera del hospital, el mundo parece seguir girando con normalidad, pero dentro de esas cuatro paredes, el tiempo se ha detenido.
Había ido con la intención de hablarle a Clara, aunque no supiera si podía oírlo.
Necesitaba contarle que había hecho todo lo posible por defender a su pequeña, que había cumplido con cada uno de los deseos que ella había dejado por escrito.
Le diría que ahora todo estaba en manos de los abogados, pero que creía —con casi